¿Qué soy yo?
¿Quién soy yo para enseñarte a coser?
Me llamo Julien, tengo unos 30 años y descubrí la costura cuando nació mi hija en 2015. Y desde hace 7 años, nunca he dejado de coser, hasta el punto de crear mi propia pequeña marca de ropa infantil: Le Papa de Jojo.
Hoy, con este blog de costura, quiero responder a las preguntas que me hacía cuando empecé a coser.
Me costó, perdí el tiempo, ¡cosí al revés! Pero ¡persistí! Aprendí a coser con tutoriales, libros y, sobre todo, haciendo y fallando.
En el programa: ¡tutoriales fáciles y comprensibles! Consejos sobre cómo coser correctamente y revisiones del material, ¡para no comprar cualquier cosa! Y buenas ofertas de costura, que intento mantener al día para que puedas aprovecharlas.
Couture Enfant es este blog, un canal de YouTube, una página de Facebook y una cuenta de Instagram (¡también estoy en TikTok para dar la impresión de que aún soy joven)!
Hace poco, me entraron ganas de hablar de costura con otros entusiastas que hacen lo mismo que yo (o casi), así que lancé el podcast BlaBla Couture.
Si todo eso no te hace avanzar en tu costura, ¡tienes que dedicarte al ping pong!
Mi vida antes de
Tuve una vida antes de coser: fui operador de cámara para la televisión. Es una forma larga de decir “cámara”. Viajé por toda Francia y el mundo para rodar para la mayoría de las cadenas francesas: TF1 con “Masterchef” y “50 minutos Inside”, France 2 con “La parenthèse inattendue”, France 3 y France 5 con reportajes, M6 con “Les Reines du Shopping”, “E=M6”, los informativos de las 12.45 y las 19.45, etc.
También he hecho muchas tonterías para TNT. Reality shows tontos, y también sórdidos programas de noticias.
Era un trabajo fascinante, pero consumía mucho tiempo. Me iba semanas enteras con la cámara a cuestas y pasaba muy poco tiempo en casa.
Cuando nació mi hija, quería pasar tiempo con ella, verla crecer. Así que reduje considerablemente mi ritmo de trabajo y acabé aceptando sólo programas rodados en París durante el día.
Al mismo tiempo, se emitía el programa “Cousu Main”, presentado por Cristina Cordula (con quien trabajé). Fue viendo este programa, convencida de que perdía el tiempo, cuando me entraron ganas de dedicarme a la costura.
Mis comienzos en la costura
He tenido algunas pasiones temporales: el fútbol, con 2 entrenamientos y luego nada más; el kayak, con 6 meses de práctica y luego nada más; el ukelele, que ahora está cogiendo polvo en un armario. Así que me conozco. Sé que puedo interesarme fugazmente por una afición y abandonarla con la misma rapidez.
De ninguna manera voy a comprar todo el equipo que necesito, gastarme una fortuna en él, y luego dejarlo en un rincón y no volver a tocarlo nunca más. Decidí ir paso a paso.
Me dirigí a la Fnac local, donde compré “La Couture pour les Nuls” sin pensarlo demasiado, con la idea de aprender a coser a mano. Craso error. Primero porque el libro no es tan bueno, y segundo porque coser a mano es un infierno.
Después de pasarme horas intentando coser a mano, me di cuenta de que tenía que invertir en una máquina de coser. Después de investigar un poco, me decidí por la Brother FS40, que compré por Internet para no tener que enfrentarme a la mirada de la dependienta.
Empecé con la máquina de coser con bastante facilidad. De por sí me siento bastante cómoda con las máquinas (me he pasado 15 años trasteando con cámaras y haciendo todo tipo de conexiones), así que no me estresa especialmente utilizar la máquina de coser.
En la práctica, basta con leer atentamente las instrucciones o ver un tutorial para entender cómo hacerlo. Y la ventaja de una máquina de coser electrónica es que cose casi sola. Los ajustes están automatizados y las instrucciones aparecen en la pantalla de control. En resumen, si presto atención, puedo hacerlo sin despeinarme.
Mi primer proyecto de costura
Mi primer proyecto de costura respondía a una necesidad: mi hija acababa de nacer y se pasaba el día durmiendo (eso cambiaría más adelante). Decidí coserle un pijama.
No era cuestión de improvisar: me fijé en un patrón de Burda (Burda Kids 9782 – Mono y saco de dormir). Al mismo tiempo, descubrí el infierno de los patrones de esta marca: difíciles de entender y con explicaciones apresuradas.
Me costó transferir el patrón y coserlo. Pero lo conseguí por los pelos. Las costuras no son bonitas, el acabado es una pena, ¡pero el pijama es ponible!
Así que en lugar de seguir adelante, decidí coser un nuevo pijama, pero con algunos cambios. Amplié la abertura hasta el bajo de la pierna y cambié un poco la forma de los bolsillos.
Mi objetivo era adaptar el modelo a mis necesidades y comprender el principio de la costura.
Después de algunos fracasos, debidos sobre todo a la elección del tejido, cambié el modelo e intenté hacer petos. Y entonces, ¡todo cambió!
La aventura del papá de Jojo
Para coser petos, me fijé una serie de especificaciones. Necesitaba que la entrepierna se abriera completamente y que los tirantes fueran fáciles de poner y quitar.
Tras varias semanas de minucioso trabajo, conseguí algo que podía ponerme. Cosido inicialmente en chambray, acabé prefiriendo el piqué de algodón (una especie de algodón milrayas). El modelo está forrado y los tirantes se abrochan con botones de presión.
El peto fue todo un éxito (la verdad) cuando se lo puso mi hija, y después de recibir tantos cumplidos, mi pareja y yo nos dejamos llevar un poco.
¿Por qué no convertirnos en empresarios y crear nuestra propia marca de ropa? Al fin y al cabo, ¡no sabemos absolutamente nada!
Dicho y hecho.
Unos meses más tarde, ¡se creó Papa de Jojo!